23 Abr Las pataletas en la infancia
Por todos los padres y cuidadores de niños son temidas las pataletas, tanto en sitios públicos, como en casa, nunca es agradable cuando tu hijo se enfada tanto que no puede parar de llorar, gritar, tirarse al suelo…
Las pataletas y rabietas son un recurso del niño para llamar la atención al adulto, un recurso para expresar su disconformidad. Normalmente ocurren ante una negativa de los padres a alguna petición del niño, o ante una orden que no entiende porque tiene que cumplir, por ejemplo tener que ir a la ducha cuando está jugando en su habitación, tranquilo y entretenido.
Entre los 2-4 años las pataletas son normales, los niños aun son dependientes de los padres y el recurso de la pataleta es el único que tienen para llamar su atención y mostrar su opinión. Según la psicóloga Rosa Jové, “estas pataletas son buenas en el sentido que indican que el niño está empezando a ser más independiente, a pensar por sí mismo”
En niños mayores, 4-5 años ya no suelen darse pataletas como tal, ya que tienen otros recursos como un lenguaje más elaborado para discutir con los padres su postura u opinión, y aunque cada niño es diferente, podemos decir que después de los 6 años es raro que un niño reaccione con una pataleta.
¿Y en el momento de la pataleta?
La amenaza y el castigo ante una pataleta no es una buena opción, ya que entramos en un juego de coerción, además el niño no es capaz de entender la relación entre castigo y su pataleta. Tampoco es una buena opción darle aquello que pide, para evitar que la pataleta vaya a mas, pues en este caso el niño aprende que la pataleta se relaciona con conseguir aquello que quiere, por ejemplo no ducharse cuando está jugando, o el caramelo en el supermercado.
Una buena manera de gestionar la pataleta consiste en tranquilizarse y acercarse suavemente al niño, con un lenguaje adecuado a su edad hacerle ver que no nos gusta que este así, quedarse cerca de él y cuando todo está más tranquilo intentarse comunicar de nuevo, es decir entender la pataleta como un problema en la comunicación.
La mejor opción de todas, es como siempre la más difícil, consiste en saber cuándo puede ocurrir la pataleta o rabieta y prevenirla, esto es, conocer bien las emociones, necesidades y respuestas de tu hijo, adaptarte a ellas, y comprender su manera de pensar, dándole opción a escoger la solución al problema que se presenta, dejándole expresar sus razones por las que quiere algo…
No hay que olvidar que los niños no montan pataletas porque quieren o por gusto, tampoco es algo agradable para ellos, por esto es importante educar a padres e hijos en la gestión emocional y/o resolución de conflictos del día a día.