05 Mar Tipos de apego y su influencia en la adultez
En psicología hablamos a menudo del apego emocional, refiriéndonos a los vínculos que desarrollamos hacia otras personas, a lo largo de nuestra vida. Estas conexiones son muy importantes, porque condicionan hasta cierto punto nuestras siguientes relaciones interpersonales. Si, por ejemplo, estamos actualmente en una relación de pareja con un apego inseguro, hay muchas posibilidades de que en el futuro también creemos un vínculo similar con otra persona, convirtiendo esto en un patrón.
Por ello, no es aventurado asegurar que las relaciones del hoy influirán en las relaciones que crearemos en el futuro, ya que nuestra propia experiencia es la que ayuda a construir los seres humanos que somos, la manera en la que interpretamos el mundo y como vivimos la vida.
Por ello, para entender nuestras relaciones de apego actuales y futuras, es importante mirar a nuestro pasado y determinar donde comenzó el patrón que seguimos en el presente. La respuesta siempre comienza con nuestros cuidadores, ya sean padres, tutores legales o algún familiar que se encargó de nosotros en nuestra edad más tierna, especialmente nuestra figura materna.
Tipos de apego
A partir de esas primeras relaciones con nuestros cuidadores, creamos nuestra base de confianza o falta de ella, hacia el mundo que nos rodea, siendo esto determinante en nuestros futuros vínculos emocionales. A continuación, alguno de los tipos de apego que pueden crearse en nuestra infancia y que sin dudas serán determinantes en el adulto.
Apego Seguro:
El pequeño se siente seguro y protegido por sus cuidadores y confía plenamente en que ellos lo ayudaran en caso de peligro o necesidad. Por lo tanto, es una vinculación de confianza, que en un futuro hará como adulto, el individuo se sienta seguro en sus relaciones interpersonales y pueda confiar abiertamente en sus allegados.
Apego Ansioso:
El pequeño se siente inseguro hacia sus cuidadores, por lo que no sabe si en caso de peligro o necesidad ellos acudirán en su ayuda. Esto sucede debido a que los cuidadores en ocasiones realizan un vínculo seguro, ateniéndolo al momento, y en otras ocasiones realizan un vínculo evitativo. Por lo que, al crecer, será desconfiado en sus relaciones interpersonales y se sentirá generalmente inseguro.
Apego Evitativo:
El pequeño no se siente seguro con sus cuidadores, ya que nunca acuden a en su ayuda cuando son necesitados, por esta razón el pequeño comienza a sentirse rechazado y en un intento de supervivencia lucha por convertirse en autónomo. El adulto con apego evitativo será una persona que sabe que no puede contar con nadie para satisfacer sus necesidades y se vuelve independiente o, por otra parte, creerá que debe aprender a vivir con un amor deficiente y pobre.
Psicólogos en Sabadell
Teniendo en cuenta estos tipos de apegos emocionales, podemos entender un poco mejor el mundo que nos rodea y como estas primeras experiencias en la infancia pueden ser determinantes para el resto de la vida. Y aunque algunas veces no podremos evitar ciertos comportamientos, un tratamiento psicológico es eficaz para mejorar las deficiencias en el pasado.