Adicción al trabajo

Dedicación excesiva al trabajo

El trabajo es necesario por varios motivos, en primer lugar es una fuente de ingresos, pero también proporciona una serie de elementos que intervienen en el equilibrio personal:

Nivel de actividad, intercambio de relaciones sociales, organización del tiempo diario, desarrollo de la creatividad, así como una identidad personal y un sentido de utilidad.

Una gran e intensa dedicación al trabajo se ha considerado una conducta adecuada, socialmente bien vista y valorada, ya que supone un sentido de la responsabilidad alto, y forma parte de nuestra cultura, en la que priman los valores de éxito y posesión de un determinado estatus.

Esto, hace que la persona dependiente al trabajo, que suele dedicar su vida por completo a éste, no suela tener conciencia del problema.

Ahora bien, la adicción al trabajo, se caracteriza por una progresiva, excesiva y desadaptativa implicación en la actividad laboral.

por la pérdida de control en cuanto a los límites  y por los problemas que ocasiona en la vida de la persona, ya que acaba interfiriendo en las relaciones familiares y sociales, en el tiempo libre, en la salud…

Esta dedicación excesiva, viene precedida de una necesidad de la persona (el trabajo genera excitación) y no por las necesidades reales del entorno laboral.

En este sentido, lo que define a un adicto es más la actitud hacia lo que hace que el número de horas que dedica.

Habitualmente, su conducta suele ir asociada de ideas sobrevaloradas en cuanto al dinero, el poder o el éxito. 

Características de la adicción al trabajo

    • Elevada implicación en la actividad laboral.
    • Surge un impulso a trabajar debido a presiones internes.
    • Presentan poca capacidad para disfrutar de la tarea que realizan. Tienen un profundo sentido del deber.
    • La actividad laboral supone una fuente de motivación.
    • El trabajo funciona como una desafío que la persona se impone para poder valorar y evaluar su capacidad, lo que está en juego es su propia autoestima y el reconocimiento social.
    • Buscan poder, prestigio y éxito, que son los elementos de placer que se adquieren a partir del desarrollo professional.
    • Cuando se encuentran alejados de la actividad laboral (fines de semana, días festivos) se sienten insatisfechos e irritables. Suelen rechazar los días libres que tienen, sosteniendo que son prescindibles.
    • Las vacaciones representan una auténtica tortura porque tanto disfrutar del tiempo libre como de las relaciones sociales lo viven como una pérdida de tiempo y experimentan un sentimiento de culpabilidad.
    • La carencia de control en cuanto a la implicación en las obligaciones provoca que cuando están fuera del trabajo dediquen una gran cantidad de tiempo y de pensamientos en el Trabajo.
    • El trabajo es visto como el centro de su vida

En estos casos:

La adicción al trabajo provoca una interferencia en la vida de la persona a distintos niveles:

Interfiere de forma negativa en la salud física: a pesar de sufrir estrés o diferentes problemas de salud su tendencia es continuar con su excesiva implicación.

Interfiere a nivel psicológico: su felicidad disminuye, y es frecuente que escondan sentimientos de inferioridad y miedo al fracaso.

Interfiere en las relaciones familiares y sociales: la familia comienza a quedar desatendida y poco a poco su vida social se va reduciendo, hasta desaparecer por completo

No obstante, hay que tener en cuenta que no toda dedicación e implicación intensa en el trabajo signifique que existe una adicción.

Hay personas que son muy trabajadoras, pero no adictas, que pueden disfrutar de su trabajo.

Son productivas, destinan energía y entusiasmo y tratan de mantener un equilibrio con su tiempo libre y su familia, con las relaciones sociales y con las aficiones. 

Rasgos y características de la persona adicta al trabajo: consecuencias

Irritabilidad, ansiedad, estados depresivos, inquietud, pobre sentido del humor.

Aspereza en el trato, excesivo sentido del deber, Ideas sobrevaloradas del trabajo.

Relaciones familiares deterioradas, problemas conyugales, Inhibición sexual, ausencia de la libido sexual.

Relaciones sexuales programadas, no espontáneas

Desinterés por las relaciones interpersonales (no productivas)

Tendencia al aislamiento social, pérdida de actividad, soledad afectiva

Pérdida de satisfacción en tareas cotidianas (antes placenteras)

Debilitamiento de la salud,  falta de energía y fatigabilidad

Pensamiento enlentecido, fallos de memoria, ritmo de sueño con grandes variaciones

Somnolencia diurna, dolores de cabeza

Abuso de alcohol, tabaco y estimulantes

Factores de riesgo o de predisposición

Inseguridad, impulsividad, ambición, perfeccionismo

Afán de éxito, poder, reconocimiento, etc.

Buscan obtener resultados rápidos de sus acciones

Luchan de forma constante para conseguir logros… 

Epidemiología

Tasa de prevalencia: puede afectar alrededor del 5% de la población general

En algunas profesionales (médicos, abogados…) puede aumentar hasta el 23%

Se da más entre los hombres, las mujeres suelen tener una visión más amplia de la vida, con mayor equilibrio entre lo afectivo y lo laboral.

Tiende a afectar a personas de edades medias (entre 30-50 años), de clase acomodada, con una actividad laboral creativa, con frecuentes cambios de residencia y que no actúan movidas exclusivamente por necesidades económicas.